Oro: Oferta Limitada, Valor en Ascenso
- ccancino3
- hace 6 días
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En un ambiente global sobrecargado de abundancia digital y de impresión monetaria sin freno, el oro se mantiene como un recordatorio tangible de que lo limitado es, precisamente, lo que más vale.

A diferencia de metales industriales como el cobre o el hierro, que se encuentran en grandes cantidades y se extraen en volúmenes masivos, el oro es difícil de hallar y aún más costoso de extraer. Según datos del World Gold Council, la industria minera mundial ha producido aproximadamente 3 mil toneladas de oro anualmente durante la presente década.
Simultáneamente, los bancos centrales están adquiriendo oro como nunca antes en la historia moderna. Países como China, Rusia y Turquía han incrementado significativamente sus reservas de oro en busca de mayor autonomía frente al dólar. A nivel individual, millones de inversionistas recurren al oro como refugio seguro frente a la inflación, la incertidumbre geopolítica y la volatilidad de los mercados.
Expansión Desmedida = Degradación de Valor
Muchos activos pueden multiplicarse artificialmente: Las monedas actuales, todas ellas fiduciarias, es decir, sin respaldo alguno, se crean sin cesar, las acciones y los bonos se emiten a diario, y la oferta de criptomonedas se multiplica bajo la siempre seductora (y poco realista) promesa de hacer ricos a sus poseedores en un plazo muy breve. Mientras tanto, el oro permanece como un activo único: tangible, limitado y con una milenaria historia de valor que no depende de promesas, sino de hechos.

Durante los últimos 25 años, el crecimiento de la oferta monetaria en las principales economías del mundo ha sido tan acelerado como devastador. A continuación analizamos los casos de las dos principales monedas del mundo:
El Dólar Estadounidense
En Estados Unidos la cantidad de dinero en circulación se ha multiplicado de forma acelerada en lo que va de este siglo, pasando de aproximadamente US $4.7 billones (referidos como “trillones” en los países de habla inglesa) en enero del año 2000 a US $22 billones en junio de 2025. Esto significa que casi el 80% de los dólares actualmente en circulación fueron creados durante los últimos 25 años.
Ante tal realidad, no es de extrañar que el dólar haya perdido el 91.6% de su valor frente al oro durante lo que va de este siglo: En enero de 2000 se necesitaban US $285 para comprar una onza de oro. A junio de 2025 se requieren casi US $3,400 para adquirir la misma cantidad de oro.
El Euro
Una tendencia similar se observa en la zona euro. En enero de 2000, la oferta monetaria se situaba en torno a los €4.14 billones (referidos como “trillones” en los países de habla inglesa), y para mayo de 2025 alcanzaba ya los €15.74 billones, lo que equivale a que casi el 75% de los euros hoy en circulación fueron creados durante los últimos 25 años. Esta situación explica claramente porqué el euro ha perdido el 90.5% de su valor frente al oro durante el mismo periodo, pasando de costar €275 por onza en enero de 2000, a costar más de €2,900 por onza en agosto de 2025.
Criptomonedas “Al Rescate”
Como respuesta a la degradación de las principales monedas, a partir del año 2010 comenzaron a aparecer las criptomonedas. Su origen pretendía, mediante un esquema descentralizado basado en complicados algoritmos matemáticos, limitar de forma definitiva la oferta de moneda para mantener su valor a largo plazo, creando una alternativa viable frente a los excesos cometidos por las monedas tradicionales.
Más pronto que tarde, sus creadores y sus promotores se olvidaron de su espíritu original y convirtieron a las criptomonedas en promesas de riqueza instantánea e instrumentos de fraude ante la ambición de los jóvenes inversionistas que veían cómo su valor se multiplicaba en cuestión de horas, para posteriormente caer a cero y desaparecer. La promesa de “escasez digital” dio lugar a una creación “monetaria” digital aún más desenfrenada: A inicios de 2025 existían ya más de 17 mil monedas digitales, de las cuales casi la mitad tenían nula actividad.
Conclusión
Para quienes buscan proteger su patrimonio, la escasez intrínseca del oro representa una garantía de valor a largo plazo. No es casual que el oro siga siendo uno de los activos predilectos en tiempos de crisis. Su oferta limitada le permite resistir la inflación y conservar poder adquisitivo cuando otras inversiones se desploman.
En un contexto globalizado donde la abundancia digital puede generar burbujas especulativas y falsas expectativas, el oro nos recuerda que el valor real está en lo que no se puede multiplicar artificialmente. Por ello, incluir oro en una estrategia de inversión significa prepararse para el futuro.
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