En los últimos años, el peso mexicano se ha erigido como una de las monedas más fuertes de los mercados emergentes, experimentando una apreciación que sorprendió tanto a analistas económicos como a inversionistas. Sin embargo, acontecimientos recientes han provocado dudas sobre la continuidad de esta fortaleza.
La notable apreciación del peso mexicano de los últimos años es resultado de una combinación de estabilidad macroeconómica interna y dinámicas globales que lo han favorecido. Comparado con otras economías emergentes, México ha mostrado menores vulnerabilidades fiscales, un déficit de cuenta corriente manejable y una financiación constante gracias a flujos saludables de inversión extranjera directa.
¿Por qué el Peso Había Estado Fuerte? Factores Externos que lo Impulsaron
El conflicto en Ucrania tuvo un impacto indirecto en la fortaleza del peso mexicano. La crisis provocó que muchos inversionistas internacionales retiraran sus inversiones del rublo ruso y de otras monedas de países con lazos cercanos a Rusia, como el yuan chino y la rupia india. Como resultado, México se benefició de la reasignación de estos fondos debido a que los inversionistas buscaron nuevas opciones
Además, la política monetaria mexicana estableció una tasa de interés del 11%, lo cual hizo que invertir en México se convirtiera en algo especialmente atractivo, ofreciendo mejores rendimientos que otros activos considerados seguros, como los bonos del Tesoro Estadounidense.
Así, el peso mexicano pasó de cotizarse en $22.38 pesos promedio por dólar en Marzo del 2020, a $16.79 pesos por dólar promedio en Marzo de 2024, una revaluación de más del 33% en los últimos 4 años.
¿Por qué el Peso Mexicano Comienza a Debilitarse?
El panorama cambió drásticamente con el recrudecimiento de las tensiones geopolíticas y una nueva oleada de incertidumbre económica mundial. Este debilitamiento abrupto del peso mexicano, descrito por algunos como un "flash crash" (caída repentina), se debió principalmente al crecimiento del conflicto en Medio Oriente, específicamente tras el ataque de represalia de Israel sobre Irán.
El repunte del dólar y las cifras de inflación en Estados Unidos también han jugado un papel importante en la depreciación del peso mexicano. A medida que el dólar se fortalece, típicamente, las monedas de mercados emergentes enfrentan desafíos, ya que los inversionistas tienden a buscar refugio en activos considerados más seguros. Finalmente, el aumento de la inflación en Estados Unidos puede anticipar una política monetaria más restrictiva por parte de la Reserva Federal, lo que suele beneficiar al dólar.
Esta dinámica subraya la sensibilidad del peso mexicano ante eventos geopolíticos y situaciones económicas externas. Un escenario que nos lleva a hacernos la inevitable pregunta: ¿adiós al "súper" peso?
A nivel doméstico, si bien el Banco de México (Banxico) pronostica una inflación en descenso y un crecimiento moderado del PIB para 2024, estos factores macroeconómicos locales positivos se ven opacados por la incertidumbre global. A pesar de que la inflación ha empezado a bajar desde su pico histórico del 8.7% a finales de 2022, y se espera que alcance el 4.02% en 2024, la volatilidad externa impone presiones adicionales sobre el peso mexicano y su poder adquisitivo.
Mirando hacia el futuro, los analistas proyectan que el tipo de cambio podría cerrar el año en torno a los 18.30 pesos por dólar, lo que implicaría una depreciación significativa desde los niveles de cierre de 2023. Este ajuste en la proyección refleja no solo las preocupaciones actuales sino también la expectativa de que la incertidumbre política y económica continúe, especialmente en un año electoral, tanto en México como en Estados Unidos.
Cómo Mantener su Poder Adquisitivo
La moneda mexicana ha demostrado ser resiliente, pero también vulnerable a “shocks” externos. En un entorno económico global interconectado, es fundamental adoptar una estrategia de inversión a largo plazo que no busque únicamente rentabilidad, sino también la protección del valor.
Ante este panorama, la diversificación de inversiones se convierte en una estrategia clave para proteger los ahorros. Invertir en activos de refugio como el oro puede ser una decisión prudente, ya que históricamente este tipo de activo ha mantenido su valor, e incluso aumentado, cuando las monedas pierden fuerza.
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